Personaje de la semana
Personaje de la semana: Ibn Battuta
(Abu Abd Allah Muhammas Ibn Battuta; Tánger, 1304 - Fez, 1368 o 1377) Viajero y geógrafo árabe. Fue el más importante de los viajeros musulmanes en la Edad Media, famoso por escribir el libro Rihläh(Viajes), en el año 1355, donde plasmó con todo lujo de detalles las experiencias vividas a lo largo de los más de 120.000 kilómetros que recorrió desde el año 1325 a 1355.
La obra, traducida en occidente con el nombre de A través del Islam, constituye una valiosísima fuente de información de primera mano sobre la historia y la geografía del mundo musulmán durante la Edad Media, además de ser en su época una de las pocas referencias fiables de unos territorios desconocidos por casi todo el mundo habitado, aunque también hay que decir que la obra contiene numerosísimos errores geográficos y bastantes pasajes con poca credibilidad, toda vez que la narración posee un alto grado literario y artístico, donde se puede apreciar el deseo del autor por agradar al lector con historias y relatos maravillosos al uso de la época. Ibn Battuta fue testigo directo de una de las mayores convulsiones que asolaron a la Edad Media: la Peste Negra del año 1348, que le alcanzó cuando éste estaba en Siria, y cuyos efectos catastróficos describió minuciosamente.
Miembro de una familia honorable dedicada a la magistratura islámica (cadíes), desde muy joven Ibn Battuta se aficionó a la lectura, especialmente de obras relacionadas con la geografía y con todo tipo de libros de viajes. Ayudado por el desahogo económico de su familia, cuando tan sólo contaba con veintiún años de edad, Ibn Battuta comenzó su periplo viajero. El 13 de junio del año 1325, partió en dirección a La Meca con el designio de cumplir la peregrinación preceptiva para todo musulmán de visitar la ciudad santa por excelencia del Islam.
Ibn Battuta recorrió todo el norte de África a lo largo del litoral, en el que apenas detuvo su atención, hasta llegar a Alejandría. Desde Egipto se adentró curso arriba por El Nilo hasta la ciudad de Aydab, ubicada a la altura de las primeras cataratas, para luego regresar a El Cairo ante la imposibilidad de embarcarse hacia Arabia atravesando el Mar Rojo, como era su deseo. A continuación, Ibn Battuta visitó Damasco y Alepo, tras de lo cual tomó la ruta directa hasta La Meca, lugar al que llegó en septiembre del año 1326. Al mes siguiente, Ibn Battuta abandonó La Meca para proseguir su itinerario por los lugares santos del Islam, Meshed y la tumba del santo Alí al-Ridá.
Una vez que hubo cumplido sus deseos de devoto, se dirigió hacia Irak, el Juzistán, Fárs, Tabiz y el Kurdistán para acabar en Bagdad, desde donde, en el año 1327, regresó a La Meca para vivir tres años seguidos como profesor de Teología, período en el que se granjeó fama de austero y devoto musulmán. Cuando el espíritu viajero volvió a apoderarse de Ibn Battuta, éste emprendió el viaje, esta vez hasta Kilwa. Desde esa ciudad regresó a Arabia por Omán y el Golfo cumpliendo una nueva peregrinación a La Meca, en el año 1332.
Tras visitar Arabia a fondo, Ibn Battuta dio comienzo realmente a su gran viaje que habría de llevarle hasta el mismísimo corazón del imperio chino. Desde La Meca Ibn Battuta viajó a Egipto, Siria y la península de Anatolia. En la ciudad costera de Sinope se embarcó para Crimea y Jaffa (actual ciudad de Feodosia), importante factoría comercial de Génova, donde tomó contacto por primera vez con la cultura cristiana occidental. Una vez en Constantinopla, tras una corta estancia en la capital bizantina, se dirigió hacia los territorios dominados por la Horda de Oro y de los tártaros de Qiptaq, donde el khan, según su propio relato, le recibió con un lujo impresionante y le hizo el honor de compartir varias de sus esposas oficiales.
Ibn Battuta dirigió su atención a las misteriosas tierras del norte, alcanzando las heladas estepas donde se conseguían las pieles de armiño y marta tan apreciadas por la realeza y alta nobleza europea. Por último, movido por un gesto caballeresco y de agradecimiento típico de los musulmanes, Ibn Battuta aceptó acompañar a una de las esposas del khan a Constantinopla, bordeando la costa del Mar Negro, ciudad donde también fue objeto de una bienvenida digna de un rey por parte del emperador bizantino Andrónico III Paleólogo.
De regreso en la corte del khan, Ibn Battuta se preparó a conciencia para su siguiente viaje, el más largo y duradero de todos ellos. Atravesando el río Volga y las estepas aralocaspianas, el 13 de septiembre del año 1333 alcanzó el fértil valle del Indo, dirigiéndose a Delhi, ciudad en la que permaneció nueve largos años al servicio del sultán Muhammad Ibn Tughluq. Aunque Ibn Battuta prosperó y alcanzó los más altos honores en la lujosa corte del sultán hindú, sus deseos por conocer mundo y las ganas de aventuras que llevaba en la sangre vencieron a la comodidad que gozaba en aquellos momentos. Por fin, deseoso de abandonar una vida sedentaria y muy cómoda pero repleta de intrigas, responsabilidades y envidias por doquier, en el año 1342 el sultán hindú le nombró embajador de su reino en los territorios más orientales del continente.
Su periplo al Extremo Oriente se inició visitando por espacio de un año y medio las islas Maldivas, donde la pequeña expedición de Ibn Battuta tuvo que recalar como consecuencia de una terrible huracán que destrozó todas las embarcaciones. Ibn Battuta descansó en un lugar auténticamente paradisíaco, donde actuó como juez gracias a sus estudios de Teología. Una vez que pudo zarpar, Ibn Battuta llegó hasta Ceylán (actual Sri Lanka), donde escaló la célebre montaña que según la leyenda contenía las huellas de las pisadas de Adán, el primer hombre de la humanidad. Tras ser desvalijado por los piratas del Índico, Ibn Battuta se vio obligado a regresar a Calcuta haciendo escala en Bengala, Assam y Sumatra, en cuyo reino el sultán musulmán le proporcionó una embarcación hecha con juncos con la que pudo alcanzar, por fin, la costa china.
Tras una larga y penosa navegación de cabotaje, Ibn Battuta desembarcó en Zaitón (ciudad identificada por los especialistas con algunas reservas con la actual Chuanchou, cerca de Amoy, en la región del Fujián), efectuando numerosos recorridos por aquel inmenso país hasta alcanzar la capital Pekín, donde apenas estuco un mes, para seguir sus exploraciones. Precisamente, según los expertos sobre el autor y su obra, este pasaje de la Rihläh es el menos verídico y el que más sospechas levanta de que fuera un extracto añadido por un apócrifo, debido al cambio de estilo narrativo tan sustancial y a la gran cantidad de imprecisiones y errores que contiene, contrastando con la fiabilidad anterior del relato. Probablemente, Ibn Battuta nunca alcanzó a ver Pekín ni la famosa Muralla China.
No obstante, Ibn Battuta dejó gran información escrita sobre aquel período. Ibn Battuta quedó gratamente sorprendido ante una civilización tan extraña y sus grandiosas fiestas. También describió de un modo prolijo el funcionamiento de una administración minuciosa y eficaz, de una justicia ejemplar y de una economía compleja, detalles todos ellos a los que no estaba acostumbrada una persona como él educado bajo unos parámetros intelectuales, sociales y religiosos tan distintos.
Como consecuencia de las graves agitaciones políticas que sacudieron a China en el año 1347, Ibn Battuta inició el regreso a Occidente antes de los deseado, a través de Sumatra y Malabar hasta Egipto, desde donde se dirige a La Meca para realizar otra peregrinación. Ya en Alejandría, sin ningún contratiempo, embarcó rumbo a Túnez a bordo de una navío catalán que los trasladó a Cerdeña (por aquellas fechas perteneciente a la Corona de Aragón), hasta que, finalmente cruza el occidente de Argelia y entra en el reino de Marruecos, dirigiéndose a la capital del reino meriní, la floreciente Fez, donde fue recibido como un héroe nacional por el mismísimo sultán, en noviembre del año 1349.
Sin apenas saborear las mieles de sus aventuras y hazañas entre sus compatriotas, Ibn Battuta fue encargado por el sultán de realizar otro viaje de mucha menor envergadura que los anteriores pero no por ello menos importante, sobre todo para los generaciones posteriores, ya que fue comisionado para explorar una parte de los territorios desconocidos habitados por los negros que apenas se conocían por aquel entonces. Nos estamos refiriendo al semilegendario imperio africano de Malí, sobre el que Ibn Battuta dio una cumplida referencia geográfica, política, social y religiosa en la Rihläh.
Pero antes de partir hacia el Sáhara occidental, Ibn Battuta fue enviado como embajador del sultán al reino musulmán de Granada, donde permaneció por espacio de un año más o menos, entre 1351 y 1352. De regreso en Marruecos, Ibn Battuta informó pormenorizadamente a su sultán de la delicada situación política por la que estaba atravesando el último reino musulmán que aún quedaba en el extremo occidental del continente europeo, amenazado constantemente por el monarca castellano Pedro I el Cruel.
En el año 1352, Ibn Battuta partió desde Sijilmassa, ciudad que se encontraba en su edad de oro, apodada la "puerta del desierto", a la cabeza de una caravana de mercaderes, con la que logró atravesar el desierto del Sáhara en dirección norte-sur en tan sólo dos meses, período en el que pudo estudiar con profundidad los mecanismos principales que regían el lucrativo tráfico comercial de la región: el intercambio de la sal de Taghasa y el oro del Sudán. El contacto con el mundo musulmán negro en la corte del sultán de Malí, Mansa Suleyman, dueño del poderoso y temido Imperio de Malí, decepcionó por completo a Ibn Battuta, acostumbrado al esplendor de Oriente. La simpleza de esta gente a la hora de interpretar el Islam y los casos de antropofagia que Ibn Battuta pudo comprobar con sus propios ojos, acabaron por obligarle a reanudar la marca al año de su estancia en Malí.
Después de alcanzar el Níger, al que creía un afluente de El Nilo, Ibn Battuta descendió por su cauce hasta llegar a las localidades de Tombuctú y Gao, tras de lo cual alcanzó la ciudad de Taccada (actual Agadés), el punto más meridional al que había llegado el hombre blanco en la parte occidental del continente africano. A finales del año 1353, Ibn Battuta regresó a Sijilmassa a través del Aïr y el durísimo Ahaggar, en pleno desierto del Sáhara.
De vuelta en Fez, Ibn Battuta dedicó el resto de su vida a ejercer como cadí. En el año 1355, el sultán meriní le mandó recoger por escrito todos sus viajes desde el año 1325, labor para la que contó con la colaboración del escritor granadino Ibn Yuzayy, el cual dedicó tres meses antes de morir a la redacción completa del libro siguiendo los dictados que le iba haciendo Ibn Battuta. Esta práctica de dictar (y reconocer que se ha hecho) no significaba desdoro alguno para el autor, sino más bien todo lo contrario, ya que era muy corriente en Europa y en la cultura literaria musulmana. Sin ir más lejos, el propio Marco Polo probablemente dictó sus andanzas a maese Rustichello de Pisa, al igual que hiciera dos siglos después el colonizador y descubridor Cabeza de Vaca con su obra Comentarios, entre otros muchos ejemplos más.
Precisamente, el hecho de que la obra fuera escrita por un notabilísimo escritor y mejor poeta aún como era el granadino Ibn Yuzayy, hace que en la misma aparezcan relatos en algunas ocasiones demasiados desnudos y fríos junto con otros mucho más elaborados, donde Ibn Yuzayy se ve que hizo grandes esfuerzos por demostrar a todo el mundo su gran erudición y su arte literario repleto de toda clase de florituras estilísticas.
A esta asimetría en el estilo hay que añadirle el hecho de que Ibn Yuzayy reconstruyera imaginariamente itinerarios del viaje de Ibn Battuta, no se sabe sin con el consentimiento de éste o no, agrupándolos, cortándolos o estirándolos para conferir un orden lineal al relato, práctica que le indujo a cometer un sinfín de errores geográficos y cronológicos bastante graves, como se sospecha que ocurrió cuando el libro relata las andanzas de Ibn Battuta por Pekín y sus alrededores. Todas estas cuestiones han inducido a los especialistas a dudar de la credibilidad de lo relatado por Ibn Battuta.
De todas formas, de lo que no hay duda alguna es de la gran importancia y calidad de la obra de Ibn Battuta por sí misma, así como de su periplo viajero, impresionante y con notas de heroicidad innegables teniendo en cuenta cómo y cuándo lo realizó. Con la finalidad última de proporcionar al sultán informaciones difíciles de adquirir en la época, Ibn Battuta recogió datos históricos, geográficos, folclóricos y etnográficos al mismo tiempo que narró las costumbres peregrinas o cotidianas, sucesos maravillosos y acontecimientos legendarios de los lugares por donde pasaba, afirmando por encima de todo la omnipresencia del Islam como forma de vida y comprensión del mundo. En la obra también hay referencias a los conflictos internos del Islam y a sus variadas sectas, así como descripciones pormenorizadas de los ritos musulmanes.
Personaje de la semana : Wallada Bint al-Mustakfi
El 26 de marzo de 1091, muere en Córdoba Wallada Bint al-Mustakfi, poetisa y princesa también nacida en Córdoba, hija del califa Muhammad III.
Como el califa no tuvo descendencia masculina, heredó los bienes de su padre y abrió un palacio ...donde se dedicó a educar a chicas de buena familia y al que acudían también los poetas y literatos de su tiempo. Era una belleza para los cánones de la época: rubia, de piel clara y con los ojos azules, además de inteligente, culta y orgullosa. Bordaba sus versos en sus trajes y tuvo el atrevimiento de participar en las competiciones masculinas de completar poemas inacabados mostrando libremente su rostro, conducta que la hizo ser llamada "perversa" y ser criticada muy duramente por los integristas, aunque también tuvo numerosos defensores de su honestidad, como el escritor Ibn Hazm, autor de El collar de la paloma, y el visir Ibn Abdus, su eterno enamorado que, al parecer, permaneció a su lado y la protegió hasta su muerte, cuando ya era octogenaria.
La gran pasión de su vida fue el poeta Abenzaidún o Ibn Zaydún, con el que mantuvo una relación secreta, dada la vinculación del poeta con los Banu Yahwar, linaje rival de los Omeyas al que ella pertenecía y que le hacía andarse con cuidado por Córdoba. Sobre esta relación giran ocho de los nueve poemas que de ella se conservan. La relación se rompió por la relación de Ibn Zaydún con una esclava negra de Wallada, lo que puede ser cierto, pero también responde a un tópico de la poesía de la época.
Entre estos poemas, que tuvieron la misión de ser cartas entre los amantes, dos expresan los celos, la añoranza y los deseos de encontrarse; otro, la decepción, el dolor y el reproche; cinco son duras sátiras contra su amante, al que reprocha entre otras cosas tener amantes masculinos, y el último alude a su libertad e independencia.
La gran pasión de su vida fue el poeta Abenzaidún o Ibn Zaydún, con el que mantuvo una relación secreta, dada la vinculación del poeta con los Banu Yahwar, linaje rival de los Omeyas al que ella pertenecía y que le hacía andarse con cuidado por Córdoba. Sobre esta relación giran ocho de los nueve poemas que de ella se conservan. La relación se rompió por la relación de Ibn Zaydún con una esclava negra de Wallada, lo que puede ser cierto, pero también responde a un tópico de la poesía de la época.
Entre estos poemas, que tuvieron la misión de ser cartas entre los amantes, dos expresan los celos, la añoranza y los deseos de encontrarse; otro, la decepción, el dolor y el reproche; cinco son duras sátiras contra su amante, al que reprocha entre otras cosas tener amantes masculinos, y el último alude a su libertad e independencia.
Personaje de la semana : AVERROES
Fuente:www.uv.es
ABU AL WALID MUHAMMAD IBN RUSD
ABUL WALID MUHAMMAD IBN AHMAD IBN RUSHD
FAMILIA DE LEYES
Averroes procede de una familia de magistrados que condicionó en gran medida su formación cultural, profesional y académica. Fue dignatario de los príncipes Abu Ya’qub Yusuf y Ya’qub al Mansur. Nació en Córdoba. Su padre, era juez de Córdoba y le enseñó jurispruden...cia musulmana. En el año 1169 fue nombrado cadí en Sevilla y poco tiempo después fue asignado a la corte califal como médico del califa de Córdoba. Como consecuencia de ello fue nombrado gran cadí de Córdoba.
Era el médico de Abu Yaqub Yusuf, el califa almohade de Marruecos y de la España musulmana. La idea de Averroes de que la razón prima sobre la religión le llevó al exilio en 1195 por orden de Abu Yusuf Yaqub al-Mansur; fue restituido poco antes de su muerte que acaeció en Marruecos
SU VIDA
Se le considera uno de los filósofos más importantes del mundo árabe en la conexión con el pensamiento aristotélico. Fue discípulo de ibn Tufayl. Vivió en Sevilla y Córdoba donde ejerció la magistratura. Era conocido por Ibn Rushd, filósofo árabe musulmán, físico, jurista maliki y teólogo ashari; en su ciudad natal también estudió teología, filosofía occidental y matemáticas con el filósofo árabe Ibn Tufayl y medicina con el médico árabe Avenzoar.
LA DOCTRINA
El mundo es eterno, lo que no contradice su creación por Dios. La relación entre Dios y la creación no es la causa con el efecto, sino que tiene el fundamento con aquello que se funda en él. La creación no es más que la emancipación del principio creador que es Dios. Afirmar la eternidad del mundo supone creer en la eternidad de la materia y de sus formas. Aún así, Averroes no admite la inmortalidad personal sino sólo la unción con Dios.
LOS CAMINOS
Averroes mantenía que las verdades metafísicas pueden expresarse por dos caminos: a través de la filosofía, de acuerdo con las enseñanzas aristotélicas y los postulados neoplatónicos de la antigüedad tardía y a través de la religión como muestra en los libros de la revelación.
No fue él el que acuño el termino de la teoría de la doble verdad sino los pensadores cristianos escolásticos posteriores. Rechazó el concepto de la creación del mundo en el tiempo pues mantenía que el mundo no tiene principio. Dios era para él el primer motor, la fuerza creadora e impulsora de todo movimiento. El alma de la persona fluye del alma universal unificada o conjunta.
EL FINAL
El final de su carrera pública coincidió con la lucha emprendida por el fanatismo religioso contra los cristianos. La ortodoxia coránica consiguió vencer al partido heterodoxo de la filosofía que defendía el mismo Averroes. Sus doctrinas fueron anatemizadas y murió en Marrakech poco después que el emir le permitiera regresar del exilio.
SU OBRA
Entre las obras anteriores a 1162 se halla la Paráfrasis o Comentarios menor es de Aristóteles (el Organom, la Física, la Metafísica y De las partes y de la generación de los animales) y una importante obra de medicina denominada Colliget.
Otras obras posteriores fueron Comentarios menores y medios y los Opúsculos sobre el intelecto, De substantia orbis, Fasl al maqal o Fundamento de la concordia entre la revelación y la ciencia o Doctrina decisiva, Kasf o an-Manahiy o Libro de la exposición de los caminos que conducen a la demostración de los artículos de fe, Tahafut al Tahafut o la incoherencia de la incoherencia o la destrucción de la destrucción donde rebate una obra del teólogo islámico Algazel sobre la filosofía, los Comentarios mayores a las enseñanzas aristotélicas y un Opúsculo sobre la República de Platón.
Escribió tratados de lógica, física, medicina y astronomía. Los amplios comentarios de Averroes sobre las obras de Aristóteles fueron traducidos al latín y al hebreo.
SU ESFUERZO
Durante toda su vida manifestó una especial preocupación por situar el pensamiento árabe bajo la órbita de Aristóteles. Se trataba de conciliar la filosofía clásica con el Dios del Corán. Para ello utilizó las fuentes directas procedentes del método tanto aristotélico como platónico o neoplatónico lo que en ocasiones le reportó enemistades y enfrentamientos con otros teóricos y sectores teológicos de la época.
FASL AL-MAQAL
Es todo un tratado de metodología cuya pretensión es acercar la ley coránica con la especulación filosófica, la tradición y la razón. Pretende dotar de carácter universal al Corán como una obra hecha para todos los hombres, intelectuales, empíricos, dialécticos y la población en general.
EL AVERROISMO
Sus obras fueron traducidas al latín y formaron parte de la intelectualidad europea en el siglo XIII cuando penetraron en la Universidad de París. Su nombre va unido al empuje del pensamiento clásico occidental. En él confluyen las oposiciones más enfrentadas en la distinción entre la razón y la fe.
SUS DETRACTORES
Fue Santo Tomás de Aquino un enconado detractor de sus doctrinas en los puntos más irreconciliables con la propia doctrina cristiana.
La teoría de la doble verdad fue perseguida por los maestros parisienses del siglo XIII. Esta teoría señalaba que las concepciones religiosas sólo constituyen un enmascaramiento alegórico de la verdad filosófica pura.
Sin embargo, Tomás de Aquino y Alberto Magno combatieron con todas sus fuerzas su monopsiquismo o las tesis que aprueban la eternidad del mundo y del movimiento, así como la unidad del alma de todos los hombres.
Con todo, Averroes se convirtió en el antecedente directo de la escolástica de san Alberto Magno y de santo Tomás de Aquino.
Las doctrinas de Averroes dieron lugar a numerosas controversias en las universidades europeas de la era moderna («averroísmo»). En definitiva, tuvo gran influencia tanto en la escolástica y la filosofía cristiana y judía medieval
SUS SEGUIDORES
Algunos maestros de arte como Sigerio de Brabante y Boecio de Dacia enseñaron las tesis de Averroes relacionadas con el monopsiquismo y durante toda su vida manifestaron su aristotelismo radical procedente de las enseñanzas de Averroes.
Defendieron la autonomía de toda ciencia en su propio campo de investigación. Elaboraron la teoría de la doble verdad partiendo de los postulados de Averroes, la de la fe y la de la razón.
En el siglo XV volvió a resucitar su doctrina, esta vez encarnada en los maestros de Padua, uno de los centros del renacimiento más preocupado por rescatar el patrimonio de la antigüedad clásica en la tendencia más racionalizadora del humanismo renacentista.
Se ha dicho que la escolástica averroística de Pietro Pomponazzi y Cesare Cremonini se halla en el origen del mundo moderno. Estas enseñanzas llegaron hasta el siglo XVII.
BIOGRAFÍA
1126: Nace en Córdoba
1135: Averroes contempla la Torre de Hércules en Cádiz
1153: Viaja a Marrakesh, capital del viejo imperio almohade
1159: Primera redacción de sus compendios de lógica y filosofía
1162: Libro de las Generalidades en medicina
1168: Ibn Tufail, médico del califa Abu Ya qub presenta a Averroes al califa
1169: Averroes, juez de Sevilla. Redacción de los comentarios medios o paráfrasis
1178: Tratado definitivo de la concordancia de la religión con la filosofía
1180: Juez de Córdoba. Comentario mayor a los Segundos Analíticos
1180-84: Composición de Tahafut at Tahafut, Destrucción de la Destrucción
1181: Comentario medio al De anima.
1182: Médico del califa
1186: Comentario mayor de la Física
1187-90: Comentarios mayores al De caelo, De anima y a la Metafísica
1195: Cuestiones de Lógica y Filosofía
1197-98: Persecución de Averroes, destierro a Lucena
1198: 11 de Diciembre: Muerte en Marrakesh.
CONTEXTO HISTÓRICO
1121: Primeros momentos del movimiento almohade, dirigido por el mahdi Ibn Tumart en contra de los almorávides
1127: Roger II de Sicilia recibe los ducados de Apulia y Calabria: Unifica los estados lombardos
1128: Matilde, heredera del trono inglés tras la muerte de Enrique I
1128: Abu Muhammad Abd al Mu’mim, califa almohade
1130: Almería y Sevilla son los principales puertos mediterráneos
1131: Los Banu Ganiya se hacen con el poder en las Islas Baleares
1134: El Sacro Imperio es repartido entre los diversos príncipes germanos
1134: Fallece Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y Navarra
1137: Luis VII el Joven es el nuevo rey de Francia
1137: Unión entre Cataluña y Aragón.
1138: Conrado III, emperador romano
1139: II Concilio de Letrán
1139: Muere Avempace, primer filósofo aristotélico de Al-Andalus. Nace Maimonides
1141-43: Pedro el Venerable visita España. Traducción del Corán al latín
1142: Muere Pedro Abelardo
1143: Los cátaros se expanden desde los Balcanes hasta el sur de Europa
1144: Muhammad ibn Abd al Malik ibn Quzman publica su Cancionero
1145: Se traducen Las intenciones de los filósofos de Algacel, al latín
1145: Córdoba se independiza del poder almorávide
1147: Abd al Mu`mim se apodera de Marrakesh
1147: Alfonso I Enríquez conquista Lisboa a los musulmanes
1147-49: Córdoba es sometida por los almohades
1151: Tratado de Tudillén entre Ramón Berenguer IV y Alfonso VII de Castilla
1154: Roger II de Sicilia fallece y es sucedido por Guillermo I el Malo
1154: Enrique II de Anjou se convierte en rey de Inglaterra
1156: La marca austríaca es separada de Baviera
1156: los bizantinos son expulsados de Apulia por Guillermo I de Sicilia
1157: Fallece Alfonso VIII de Castilla y León que divide el reino entre sus hijos Sancho y Fernando
1159: Expansión almohade en la Península Ibérica
1159: Muere el Papa Adriano IV, de origen inglés
1160: todas las obras de Aristóteles ya se encuentran en latín.
1160: Muere Pedro Lombardo, autor de Sententiarum libri IV
1162: Muere el médico Abu Marwan Ibn Zuhr, Avenzoar, amigo de Averroes
1163: Abu Ya qub Yusuf, amigo de Averroes, nuevo califa.
1164: Venecia, Verona, Padua y Vincenza forman la Liga de Verona contra Federico I Barbarroja
1171: Saladino derrota a los fatimíes e instaura la nueva dinastía ayyubí.
1173: Muere Ricardo de San Victor, teólogo y místico
1176: Obras en la gran mezquita de Sevilla
1179: Tratado de Cazorla, entre Alfonso II de Aragón y Alfonso VIII
1184: Muere Abu Ya qub en el sitio de Santarem. Le sucede Abu Yusuf Ya qub
1185: Fallece Ibn Tufail
1187: Saladino, el primer sultán de la dinastía ayyubí, toma Jerusalén
1188: Concluyen las obras del Pórtico de la Gloria en Santiago de Compostela
1189-92: Tercera cruzada, Federico I Barbarroja y Ricardo Corazón de León contra Saladino
1190: Maimónides escribe la Guía de los perplejos
1191: Muere Sohrawardi
1193: Se termina la Torre de la Giralda y la mezquita de Hasan en Rabat
1193: Muere Saladino, sultán de Siria y Egipto.
1194: Los reyes de León, Alfonso IX y Castilla Alfonso VIII firman el tratado de Tordehumos
1195: Victoria de Abu Yusuf Ya qub al Mansur sobre Alfonso VIII en Alarcos
1196: Muere Ibn Mada, gramático y jurista zahirí
1196: Fallece Alfonso II el Casto, rey de Aragón
1198: Muere Averroes.
1199: Muere Al Mansur
1212: Batalla de Las Navas de Tolosa